Tucumán, mi patria chica, y la República Argentina, mi patria grande, tienen el futuro en grave peligro por la ausencia de políticos que se demuestren limpios en sus promesas y planes de gobierno, que permitan al pueblo elegir libremente, erradicando para siempre el feudalismo, votando a personas ajenas al conventillo que todos confiesan y demuestran pertenecer. Leyendo todos los días LA GACETA siento vergüenza y dolor al leer las declaraciones de quienes aspiran a la presidencia mientras las declaraciones y recíprocas denuncias de los políticos tucumanos aspirantes a ocupar los cargos políticos que elegiremos en los próximos meses, ocupando toda la página dos del 18/01/23  (cruces entre oficialismo y la oposición por las reparaciones en El Cadillal) confiesan -al menos así lo entiendo- que a los codazos destrozando todo y a todos los que piensan distinto, imputándose mutuamente mala conducta política, ser malas personas, mentirosos, con falsas promesas… “Ah, pero yo tengo mis ropas limpias y cumpliré con las leyes y las promesas que hoy les estoy haciendo, soy el mejor de todos”. ¿Vamos a seguir en el país gobernados por los mismos hombres y mujeres que desde hace décadas intercambian con sus cónyuges y/u otro pariente consanguíneo, ocupan todos los cargos y funciones en juego? Por ello es que pido socorro, auxilio, y haciéndome el gracioso preguntaría, ¿y ahora, quién podrá defendernos? Pido a mis comprovincianos releer la página dos del día 18; se van a divertir.

Ángel Ricardo Salguero

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